05.01.2015 | 10:15
La Ley de acompañamiento ha introducido de tapadillo cambios por las Corts en la ley de racionalización del sector público que permiten al grueso del personal de las empresas y fundaciones públicas seguir en sus puestos sin superar una oposición. Esto es una fuerte discriminación frente a los funcionarios interinos del Consell, que pese haber superado varias pruebas entre las escasas OPE publicadas, no han podido conseguir alguna de las pocas plazas ofertadas debido a la falta provisión y reposición de puestos. Desde la Coordinadora de Personal Interino, Bernardo Barber, que también ocupa el cargo de secretario de la Junta de Personal, aseguró que suponen «otra vulneración del trato igualitario al que se ha de someter toda la administración».

Es claro el intento del Consell por conseguir favorecer a la clientela del bipartidismo PP/PSOE favoreciendo una consolidación del empleo a unas personas que entraron bajo su mandato en las empresas públicas y fundaciones sin los criterios de mérito, capacidad, igualdad, publicidad y transparencia a las que si se han sometido siempre los interinos salidos de las bolsas de empleo público.

La Coordinadora de Personal Interino, viene reivindicando estos principios de acceso a la administración para su colectivo discriminado, ya que los interinos sí que pueden ser cesados mañana sin recibir ningún tipo de indemnización, como “premio” a su esfuerzo, preparación y precariedad laborar que en muchos casos llega a los veinte años de angustia en el mismo puesto de trabajo, es un agravio comparativo con los trabajadores de la empresa privada, que no pueden ser temporales durante veinte años, y además tienen derecho a indemnización por despido.

La relación de plantillas de estas entidades nunca han sido publicadas, por lo que el oscurantismo ha estado dominado por la clase dirigente, en detrimento del sector público e independiente. Puede darse el caso que estas asistencias técnicas consoliden su empleo hasta su jubilación sin pasar por ninguna prueba, e interinos que se han presentado y preparado a fondo durante años nunca consigan su consolidación por falta de oferta de plazas en las convocatorias de empleo público ni acceso diferenciado, pese a estar dotadas presupuestariamente durante años y ocupadas por interinos que han trabajado durante décadas sin oportunidad de consolidar su empleo.

Se niegan a abordar el preocupante problema de la temporalidad que sigue siendo superior al 25% en la administración del Consell y muy superior en educación y sanidad. Y, además, renuncian a tratar con las organizaciones sindicales un trabajo global para reordenar la administración pública autonómica, racionalizar las funciones y evitar duplicidades o la intromisión de personal externo en tareas administrativas.

No puede ser que de un plumazo el Gobierno asuma a todo este personal en la relación de puestos del Consell, como premio a sus simpatizantes de cara a unas elecciones políticas más que inciertas. Si aceptamos lo uno, también se tiene que aceptar que el colectivo de interinos tenga su oportunidad de consolidación de empleo.